Cuando uno es pequeño y ve el futuro tan lejano, el colegio interminable, a los "viejos" de 17 o 18 años de los cursos superiores, al tío de 25 años que se casó, jamás piensa en lo rápido que pasa la vida. Me acuerdo como si fuera ayer, cuando hacía mis payasadas en los patios y clases del Verbo Divino primero y Luis Campino, después. (llegué a este segundo y maravilloso colegio, después de copar mi cuota de payasadas en el primero). De pantalón corto jugábamos y corríamos con amigos, que hoy son personajes de la vida nacional. El Pepe Piñera, Ignacio Pérez Walker, Ramón Montero(el atleta del grupo), por nombrar algunos del Verbo y Antonio Vodanovic, Martin Costabal, Francisco Javier Frei y Fernando Baldrich en el Campino.
Fuimos creciendo y la vida nos fue devorando. Tomamos diferentes caminos, algunos muy exitosos, otros no tanto, pero da lo mismo esa parte material, comparado con la espiritual que nos entregaron esos colegios. Que contento estoy de haber nacido, de haber hecho lo que he hecho, de haber tenido los amigos que tengo y sobre todo de tener la familia que Dios me envió.
El 16 de septiembre se recibió el último de mis hijos de Ingeniero Civil Industrial de la UC. Que bien me sentí. Ya mis dos hijas en años anteriores, habían hecho lo propio, una de Enfermera y la otra de Periodista, ambas de la Universidad de los Andes y destacadas en su profesiones actuales.
Entonces miré para atrás y me ví de pantalón corto, y volví a ver como el padre Antonio,(Antuco para los amigos) prefecto de disciplina del Verbo Divino, me tiraba de las patillas, como el profesor de música el señor Daroch me daba una cachetada, que se la hubiera querido cualquier boxeador o el Padre Alfonso Puelma en el Campino gritándome ¿como se te ocurrió hacer algo así?(no voy a comentar que hice). Y miro hacia atrás y les doy gracias, porque me formaron. Y yo siento que super bien. Estoy contento. Hemos cumplido con mi señora, la cual me ha aguantado por 29 años, una nueva etapa de nuestras vidas. Le hemos entregado a la sociedad tres hijos maravillosos, de lo mejor, tres profesionales de primera linea, pero antes que nada entregamos tres personas muy buenas y bien formadas. Por eso estoy contento. A mi me ha ido bien, mal o mas menos, pero estoy contento. Estoy feliz de vivir. No creo que el mundo, sea tan malo como dicen. Uno hace el mundo y le acabo de entregar al mundo, tres hijos fantásticos.
Estoy contento, voy a seguir contento y estoy super feliz de haber vivido lo que he vivido.
Un gran abrazo para mi familia y mis amigos del alma Gonzalo Garfias, Fernando Baldrich, Cristián Mena y Enrique Gostling.